ESTAR Y SER PARTE

La iglesia que no ora, carece de Unidad y del Poder de Dios.

Cada vez que la iglesia o alguno de los hermanos estaban en dificultad, la Iglesia oraba y Dios movía su mano con poder a favor de ellos.
Ignorar este principio es vivir en derrota y sin propósito.

El estar y ser parte (juntos y unánimes) de una comunidad no es solamente ir cuando yo quiera, sino estar porque él lo ha dicho, y no estar como los bancos de la Iglesia estar como un órgano necesario de su cuerpo, sin el cual, éste enferma y muere.

 La oración en la familia, es tan importante como en la Comunidad. No digamos que así vivimos si nuestros frutos nos delatan.

Hechos 2: 1" Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2- Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba,  el cual llenó toda la casa donde estaban sentados. 3- Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4- Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen."

Los discípulos y apóstoles del Señor, antes de llevar el evangelio a las naciones debían ser llenos del Espíritu Santo, cosa que no sucedería hasta que en ellos se produjera una unanimidad: de sentir, pensamiento y palabra que los hiciera permanecer juntos, en todas las vicisitudes que pasarían como el Cuerpo de Cristo en la tierra. Persecuciones, privaciones, traiciones, despojos sufririán por llevar el mensaje en medio de lobos como les había anticipado el Maestro Jesús. Debían estar de acuerdo y unificados en la Verdad, solo a través de la enseñanza del Espíritu Santo y no de las conjeturas humanas.
Fue esa unanimidad y unidad lo que permitió que el Espíritu Santo descendiese con poder a darles una misma manera de hablar, según él, y no según la etnia a la que perteneciesen. Las lenguas, el hablar,  uno el idioma del otro, fue lo que comprobó que no había muro ante ellos que los dividiera. ¡Gloria a Dios!

En Hechos 4: 23 al 33, en el versículo 31 " Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y hablaban con denuedo la palabra de Dios. "

En esta otra oportunidad estaban reunidos para pedirle a Dios algo que no podían conseguir de ellos mismos y que les era apremiante: Confianza (en Dios) y valor.

 Estaban siendo acosados, amenazados, algunos fueron llevados en cárcel, otros echados de la nación. y los que quedaban necesitan mayor confianza en Dios y valor del Espíritu. ¿Que hicieron? oraron, unánimes y juntos,  (vers 24) Y Dios les respondió:

llenándolos del Espíritu Santo, de confianza en él y dándole nuevamente testimonio de ello, en el mismo hablar: Todos hablaban con denuedo la palabra de Dios.

Fue esa unanimidad y unidad, alcanzada a través de la perseverancia en la oración congregacional, lo que desató la confianza con que los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús y las señales, milagros y prodigios que les seguían.

No se descubrirá nunca algo tan poderoso y simple como lo es el orar, unánimes y en unidad; lo cual estamos cambiando por cambios humanos, rápidos y sin consistencias en nuestros espíritus que nos dejan divididos, partidarios de uno y no de otros, aislados, viviendo el cristianismo "My House" sin poder y sin vida, con el riesgo a terminar en un camino de muerte y no de Vida y Poder como lo es Cristo Jesús, el Salvador del mundo.

Dios te bendiga. Pastora Sara Olguín.