Cuando generalmente acusamos a Dios, como culpable de nuestras desdichas, estamos subjetivamente, reconociéndolo como: Soberano, Poderoso, Viviente, y con la capacidad de interferir (malvadamente) en todo lo que acontece desde lo personal a lo mundial.
Nuestro concepto de Dios, entonces es que es Malo.
Por eso lo ignoramos, porque no se merece nuestra atención.
Que es castigador, no nos deja hablar, opinar ni decidir. Nos quita la libertad, pues todo en él es: ¡No!.
Es complicado, no es fácil de entender. No hay manera. Y muchas otras cosas más que forman la Imagen de un dios al que no conocemos, nunca hemos estado cerca de él, pero al que nos sentimos obligadamente atados a su voluntad.
Esta imagen mental gobierna nuestros sentimientos, emociones y cualquier otro tipo de empatía que quiera surgir hacia Dios.
Las imágenes mentales responden a todo aquello que, como si fuesen cinceles de un escultor, modelaron su forma en nuestra imaginación.
Estos pensamientos, se convirtieron en las estructuras, fortalezas, argumentos que sostienen esa imagen de dios en nosotros.
Cuando una persona dice:-¡Dios no existe! -¡Dios es castigador! -¡Dios esta en lo suyo! -¡Qué se yo quien es Dios! en realidad solo está dejando salir en sus expresiones lo que tiene en su corazón respecto a todo lo que podría representar Dios, en su vida.
La primera influencia que el hombre/mujer recibe acerca de esa imagen de Dios es a través de sus padres (padre o madre).
Los padres somos los que transferiremos en palabras y hechos fe o desesperanza a nuestros hijos.
Los padres según hayamos experimentado a Dios, así lo manifestaremos en nuestra relación filial.
Dios es Padre, Él nos dio a su unigénito Jesús para que a través de él seamos salvos, es decir hallemos la Vida Eterna.
Si yo no he conocido ese máximo amor en la entrega desinteresada de mis padres hacia mí, no podré jamás creer que exista un Dios de Amor.
La falta de contacto con el Verdadero Amor producirá en mí una continua búsqueda del perfecto amor, y no encontrándolo lo reemplazaré inconscientemente con otros tipos de amores (al dinero, por ejemplo).
La mayoría de las personas adultas, sufrimos por la incapacidad de amar.
Creemos que amar es sexo, placer, complacencias, intercambios, exigencias, obligaciones, apariencias, y mucho más de esto.
Es el "dame y te doy" y no el " te doy aunque no me des"
Dios es amor.
Es difícil entenderlo si no llegamos a tener un encuentro personal con él. Y para ello debe romperse la Imagen mental del dios que nos han y hemos formado a través de las experiencias de otros y de lo que hoy llegan a ser nuestras experiencias.
Antagonismos que se oponen, resisten a todo lo que quiera descubrirnos al Verdadero Dios.
1 Corintios 13 Nos habla del amor, no de nuestro amor, no de la manera de amar que conocemos desde nuestro primer contacto con el mundo a través de nuestros padres. ¡No! Nos descubre a Dios, en las definiciones de sus versos sobre el amor divino.1 Corintios 13:
1 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
2 Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy.
3 Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.
4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;
5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad.
7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
¿Qué significa todo esto?
Que Dios es la esencia y la sustancia del amor.El Amor es Dios y Dios es Amor.
¿Existen otras maneras de amar? Sí, lo hemos visto en lo anterior, pero siempre es por debajo de ese nivel que es lo máximo, lo trascendental, lo divino.
Este es el Verdadero Amor que Dios nos había dado el privilegio de tener en nosotros mismos: "Tener a Dios y ser tenidos en Dios fue el diseño original."
Este diseño original se perdió no por culpa de Dios, él fue el Creador del diseño, Sino por causa o por culpa del Hombre.
¿Te has preguntado por qué un niño se siente culpable cuando desobedece una orden de sus padres? ¿Quién le traspasa esa culpa, Dios? ¿Quién nos acusa cuando hacemos algo sin ser vistos? ¿Dios?
-Me pregunto como hubiese sido la historia si Adán y Eva no hubieran probado el no hacer la voluntad de Dios, respecto a mantenerse alimentados solo con los frutos de todos los árboles de los cuales podían comer, en el Edén.
- Cuando el hombre desea más de lo que tiene, cuando no se contenta con lo que le toca, cae en la codicia.
-¿Cómo sería la historia si Sara no hubiese involucrado a Agar, su sierva para tener un hijo de Abraham?
- Cuando el hombre no discierne los tiempos de Dios, cae en sus propias complicaciones, generando conflictos espirituales, emocionales y físicos que afectan su relación con su prójimo y su acercamiento a Dios.
-¿Qué hubiese pasado si Jacob aceptaba a Lea, como el diseño de Dios para su vida?
- Cuando el hombre se cree capaz de proveerse a sí mismo la satisfacción espiritual, emocional y física, cae en esclavitud y lazos.
¿Falló Dios en estas pocas situaciones que he mencionado o falló el hombre?
¿Quién falló en tu vida? Tu o Dios.
Ora conmigo: Padre: Tu gran amor se nos ha manifestado, de la manera más irracional para los seres humanos; Nos diste a tu Unigénito Hijo Jesús, para que él tomase nuestro lugar en la Cruz, siendo nosotros pecadores y dignos de muerte, porque la paga del pecado, el salario de lo todo lo que hemos realizamos sin amor, al prójimo, a nosotros y a ti, es muerte. Te pedimos que ese Gran Amor, que es tu Hijo Jesús, pueda romper nuestras imágenes mentales que oponen resistencia a todo lo que viene de ti, y darnos el verdadero diseño por el cual fuimos creados y estamos hoy aquí, en el Nombre de tu Hijo Jesús. Te pedimos ser alcanzados por tu perdón a fin de ser libres de toda culpabilidad en nuestro corazón, en el Nombre de Jesús, tu hijo. Amen.
Dios te bendiga.
Pastora Sara Olguín
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