Cuando generalmente acusamos a Dios, como culpable de nuestras desdichas, estamos subjetivamente, reconociéndolo como: Soberano, Poderoso, Viviente, y con la capacidad de interferir (malvadamente) en todo lo que acontece desde lo personal a lo mundial. Nuestro concepto de Dios, entonces es que es Malo. Por eso lo ignoramos, porque no se merece nuestra atención. Que es castigador, no nos deja hablar, opinar ni decidir. Nos quita la libertad, pues todo en él es: ¡No!. Es complicado, no es fácil de entender. No hay manera. Y muchas otras cosas más que forman la Imagen de un dios al que no conocemos, nunca hemos estado cerca de él, pero al que nos sentimos obligadamente atados a su voluntad. Esta imagen mental gobierna nuestros sentimientos, emociones y cualquier otro tipo de empatía que quiera surgir hacia Dios. Las imágenes mentales responden a todo aquello que, como...
Blog sobre temas bíblicos que enseñan a buscar la Paz en Dios