Salmo 65:4a "Cuán bienaventurado es el que tú escoges, y acercas a ti , para que more en tus atrios"
Si tú no mirarás como miras,
jamás hubiese sido yo,
vista por ti,
Tus ojos me miraron, y
Me encontraron.
Que hubiese sido de mí, si no me hubieras visto!
Oh ¡Dios mío!
¡Porque me viste, yo ahora te veo!
¿ Y qué viste en mí cuando me viste?
Si toda yo no valía nada;
Porque, ¿Qué vale el Hombre sin ti?
Pero tus ojos se abrieron y me miraron.
Solo sé, que tú me viste, y me apartaste para ti.
Bajo todas tus miradas, estoy yo ¡Oh Padre mío!
Autor: Sara Olguín.,
(Todos los derechos reservados)
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