Cuando Jesús inició e hizo público su ministerio, muchos reaccionaron de muy diferentes maneras, pero la raíz, siempre era la misma: estaban distanciados, peleados con Dios.
Muchos de aquellos que oían la predicación y las enseñanzas del Hijo de Dios, pertenecían a la religión oficial de aquel tiempo: los fariseos, de quienes el Señor habla duramente, porque ellos pretendían que el pueblo hiciese lo que ellos no hacían.
Estas actitudes comprobadas por sus fieles hicieron que la mayoría de los mismos, solo mantuvieran el nombre de su religión pero se convirtieran en hipócritas como sus dirigentes.
Todo era una apariencia, pero dentro eran sepulcros blanqueados. " Eran semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia ". (Mateo 23,27).
Luego había otro segmento y eran: los saduceos, estos aceptaban solamente la ley escrita, a diferencia de los fariseos que también añadían las tradiciones de los ancianos escribas. Los saduceos no creían en la existencia de los ángeles y los espíritus y negaban la resurrección, hecho que regía sus actitudes, sabiendo que no iban a dar cuenta a nadie de todo lo que hubieran hecho aquí en la tierra.
Su esperanza estaba solamente en esta vida. Pablo dijo que “ Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres” (1 Corintios 15:19). Así que su ataque a la predicación de nuestro Señor fue directamente al tema de la vida después de la muerte.
Jesús es la Resurrección y la Vida, todo el que crea en él, de cierto vivirá, (San Juan 11:25) dice en su palabra, y también todo el que tiene esta esperanza se guarda sabiendo que un día habrá un juicio de vivos y muertos Hebreos 9: 27 " Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el Juicio."
También existía otro segmento de aquella sociedad, que eran los llamados: del vulgo; a nadie le interesaba que sentían o que pensaban, y ellos se sentían excluidos del amor de Dios.
Ellos no tenían contacto con la religión, pues para ser admitidos, debían cumplir con muchos requisitos que no alcanzaban aunque se esforzasen, así lo que consideraban más inteligente era vivir, como si Dios no existiese; podemos llamarlos ateos, agnósticos, pensadores, etc. pero en realidad tenían una necesidad muy grande de conocer a Dios, de acercarse a él.
Y éstos fueron los primeros que reaccionaron al mensaje del evangelio de Jesucristo: Prostitutas, mercenarios, cobradores de impuestos, leprosos, etc., se abrieron al amor de Dios que emanaba del Maestro Jesús. Los aborrecidos, los descartados, los sin esperanzas, los que estaban sin Dios, los lunáticos, los que llamaban traidores, admitieron que las palabras del Hijo de Dios, no eran como las de los Fariseos, sino que El hablaba con autoridad Mateo 7:28- 29 " Enseña como quién tiene autoridad".
También decían "Jamás hombre alguno nos ha hablado así "(San Juan 7:47)
El les mostraba la imagen de Dios, llena de gracia y de poder (San Juan 1:14) Imagen que habían perdido y que fue reemplazada por imagen de Hombres, de cuadrúpedos y de reptiles (Romanos 1:21 al 23) Ese hombre les mostró el camino a Dios, que habían extraviado.
Hoy son sus seguidores, sus discípulos, los que predican lo que Jesús predicó, a una generación sin Dios y sin esperanza, como la de nuestros días. Aquellos, estaban peleados con Dios, porque creían en un dios que no era el verdadero Dios; lo culpaban, porque estaban heridos, se sentían abandonados de su creador, como hoy también, se siente la generación de la cual hacemos parte.
Muchos pertenecen a una religión, que los obliga a ser "los hipócritas del siglo 21", otros siguen una religión, que más que religión es tributo al dios del poder y la política, pero como en ese tiempo hay otro segmento de aquellos que verdaderamente tienen necesidad y quieren conocer a Dios, lo necesitan, están tan heridos, tan cerrados, que se dicen peleados con Dios, pero solo es una defensa, porque están desengañados, desilusionados, porque el dios que le presentaron los defraudó.
A ellos, va esta reflexión, invitándoles a acercarse a Dios a través de aquel que habla con autoridad, que enseña más con sus hechos coherentes que con las palabras solamente, que es esperanza para el desesperanzado y la imagen de verdadero Dios para el que anda sin dios.
Ven a Jesús Amigo, amiga, acércate al Padre nuestro, que de tal manera nos amó que nos dio cuando aún estábamos muertos en nuestros pecados, a su único hijo, para salvarnos. Ven a Jesús y cree en su nombre, recibe en tu corazón todo el Amor Divino que se manifestó en la cruz hace 2000 años atrás para todo aquel que quiera recibirlo.
Dios te bendiga.
Pastora Sara Olguín,
El les mostraba la imagen de Dios, llena de gracia y de poder (San Juan 1:14) Imagen que habían perdido y que fue reemplazada por imagen de Hombres, de cuadrúpedos y de reptiles (Romanos 1:21 al 23) Ese hombre les mostró el camino a Dios, que habían extraviado.
Hoy son sus seguidores, sus discípulos, los que predican lo que Jesús predicó, a una generación sin Dios y sin esperanza, como la de nuestros días. Aquellos, estaban peleados con Dios, porque creían en un dios que no era el verdadero Dios; lo culpaban, porque estaban heridos, se sentían abandonados de su creador, como hoy también, se siente la generación de la cual hacemos parte.
Muchos pertenecen a una religión, que los obliga a ser "los hipócritas del siglo 21", otros siguen una religión, que más que religión es tributo al dios del poder y la política, pero como en ese tiempo hay otro segmento de aquellos que verdaderamente tienen necesidad y quieren conocer a Dios, lo necesitan, están tan heridos, tan cerrados, que se dicen peleados con Dios, pero solo es una defensa, porque están desengañados, desilusionados, porque el dios que le presentaron los defraudó.
A ellos, va esta reflexión, invitándoles a acercarse a Dios a través de aquel que habla con autoridad, que enseña más con sus hechos coherentes que con las palabras solamente, que es esperanza para el desesperanzado y la imagen de verdadero Dios para el que anda sin dios.
Ven a Jesús Amigo, amiga, acércate al Padre nuestro, que de tal manera nos amó que nos dio cuando aún estábamos muertos en nuestros pecados, a su único hijo, para salvarnos. Ven a Jesús y cree en su nombre, recibe en tu corazón todo el Amor Divino que se manifestó en la cruz hace 2000 años atrás para todo aquel que quiera recibirlo.
Dios te bendiga.
Pastora Sara Olguín,
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